Estudios.
En la conservación y restauración textil existen diferentes vías para abordar una pieza desde el punto de vista histórico mediante métodos visuales y documentarios. Estos ayudan conocerlo más a fondo.
Toda la documentación recogida acerca de un textil nos aporta información relativa a su bagaje histórico. Además, todo ello, ayuda a reconocer algunos daños tanto físicos como químicos presentes en la pieza. De esta manera se podría afrontar la intervención de acorde a su estado.
Análisis.
Por otra parte, el estudio relativo a la construcción del textil también da una gran cantidad de información. La utilización de un tipo de ligamento u otro hace que las tensiones entre los hilos no sean las mismas, el número de hilos por cm2 hace que el tejido sea más denso o no y, por lo tanto, soporte mayor peso. Además, algunos daños son derivados de una mala ejecución durante la creación del textil.
No solo la construcción del textil puede generar posibles daños a lo largo de la vida de un tejido sino también una inadecuada ejecución a la hora de unir las partes que componen una pieza de indumentaria. Las costuras, con el tiempo, pueden suponen un foco de daños como son desgarros, las pérdidas de material, etc. Siguiendo unas normas básicas de conservación se evitarían muchos de esos daños.
La comunidad científica ha contribuido enormemente en los tratamientos que hoy por hoy se utilizan en la conservación y restauración de los tejidos.
Algunos de los estudios científicos que se pueden realizar a una pieza textil son:
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Método para el reconocimiento del origen de la fibra. Existen varias formas de realizarlos, una de ellas consistiría en recoger una mínima y pequeña cantidad de fibras se observarían a través del microscopio óptico.
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Prueba de estabilidad de tintes de las fibras a través de test en diferentes medios para determinar el grado de solubilidad antes de considerar cualquier limpieza en medio acuoso.
Inscripción encontrada en el forro de una jaquetilla del siglo XVIII.
La composición de la fibra de lana es queratina, proteína rica en azufre (2,5-5%). La proteína de la lana está constituida principalmente por los aminoácidos llamados cistina (11,8%), ácido glutámico (15%), leucina o isoleucina (10,8%), ácido aspártico (7%) y serina (9%). Se puede encontrar diversos colores, es de brillo variable en cuanto a su forma. Es un material poco resistente pero elástico,con una capacidad de absorción de humedad alta, a partir de 130ºC empieza a descomponerse.
La composición química del algodón es celulosa, hemicelulosa, pectina, proteínas, ácidos orgánicos, minerales y materia colorante. Las fibras del algodón mercerizado se caracterizan por presentar un incremento del lustre y una pérdida de sus vueltas. Esto se debe a que se las somete a un proceso de mercerización a baja presión y se las aplica un tratamiento químico a base de disoluciones concentradas de sosa cáustica.
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